Recuerdo que hace unos meses estaba escuchando un podcast llamado “los distractores”, este hacía la reflexión sobre factores que nos hacían desenfocarnos de nuestra vida espiritual y le quitaban el primer lugar a Dios.
En medio del programa se nombró la historia de Marta y su hermana María; pongámonos rápidamente en contexto; el Señor Jesús llegando a una aldea fue recibido por una mujer llamada Marta, quien le abrió las puertas de su casa, como toda una gran servidora, organiza su casa para agradar a la visita, mientras que su hermana María en lugar de ayudarla, opta por quedarse sentada escuchando atentamente las palabras del Señor, Marta disgustada le dice al Señor que le reprenda y la mande a ayudarle, a lo que el Señor Jesús le dice: “Marta, Marta, afanada y perturbada estás con muchas cosas. Pero solo una es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Lucas 10: 41-42 RVR 1960). Allí concluye esta historia.
Continuando con la reflexión, Marta no estuvo haciendo mal, ni mucho menos, sin embargo, el afán por mantener el orden no le estaba dando el valor a lo que el Señor Jesús estaba enseñando, cosa que sí hizo su hermana María. Aquí es donde empezamos a ver lo importante Vs. lo urgente.
Bien hizo Salomón en decir “cada día trae su afán”, ya que todos los días pensamos en el trabajo, los estudios, las deudas, las compras, la comida, el aseo y en infinidad de cosas más y tratamos constantemente de buscar soluciones, ordenar nuestros tiempos, hacer malabares para que nos rinda el día y parte de la noche para luego ir a dormir e iniciar al siguiente día nuevamente con el mismo trajín. Y en medio de todo el afán… Se me olvidó orar, tengo mucho sueño y no puedo leer la biblia, no tengo tiempo de ir a la iglesia. Dejamos a Dios a lo último, “si me sobra un espacio”, “si veo que tengo un tiempecito”, “si no me quedo dormido”, y pasa el día y decimos “bueno, mañana saco el espacio después que estudie, trabaje, haga compras, coma, etc.,”¿Pero me estás diciendo que no sea responsable, que deje tiradas mis obligaciones? ¡Claro que no! Pues Dios mismo nos enseña a ser responsables y a ser cumplidores con nuestros deberes, pero nos demanda que ello no le quite la prioridad y el primer lugar.
Te cuento mi caso para que me entiendas, en días pasados hablé con mi pastor por estar pasando por una fuerte crisis y le dije que solamente tengo tranquilidad cuando voy a la iglesia, él me pregunta “¿usted ora?” a lo que guardé silencio “¿usted lee la biblia?” le contesté: “últimamente ambas de vez en cuando y de cuando en vez, pues me ocupo mucho y termino agotada.” Entonces él me dice: yo puedo durar un día sin comer, llega el segundo día y sigo soportando el hambre, pero me empiezo a sentir débil y al tercer día el cuerpo ya no resiste y se debilita y necesita alimento para mantenerse fuerte; así pasa con nuestra vida espiritual, si no tiene el alimento espiritual se debilita y nos empezamos a sentir cansados, desanimados, tristes y nos vamos alejando poco a poco de Dios. Entonces le dije: “pero es que yo no puedo congregarme tanto como quisiera porque no tengo transporte” y él me contesta: “si puedes venir a la iglesia ¡Gloria a Dios!, pero la clave está en que nosotros desde casa busquemos orar, leer la biblia, alabar. Son muchas las ocupaciones, pero siempre debe haber tiempo para Dios, no tienen que ser horas, con solo cinco minutos en los que usted disponga el corazón serán muy valiosos, no descuide el alimento espiritual”.
Siempre vamos a tener ocupaciones, siempre tendremos aparentemente cosas mucho más importantes por realizar, pero de nosotros depende si le damos o no la urgencia que amerita el mantener nuestra vida espiritual. Aprendamos a darle el primer lugar a Dios, aprendamos a valorar la oportunidad que tenemos hoy para buscarlo; seamos más como María que dejó todo a un lado porque en su corazón era más urgente escuchar al Señor Jesús, quizá pensando que solo tendría una oportunidad como esta.
Pensemos así, que solo tenemos una vida para buscar a Dios, solamente tenemos una vida para aprovechar este tiempo con Él y “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que esté cercano” (Isaías 55:6 RVR 1960). Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33 RVR 1960).
María Margarita Montero