#serFaroesDarVida
“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar”.
Todo lo que existe en la tierra fue creado con un principio y un fin. Todo se crea o nace y al final se destruye o muere.
Es impactante la manera en la que podemos aprender a través de la naturaleza y para demostrarlo, apreciamos el proceso de transformación de una especie maravillosa; el águila, que cuenta además con un promedio de vida de 70 años. ¡Su longevidad es asombrosa!
En el águila podemos encontrar la tenacidad en medio de la prueba y la fortaleza para resistir y lograr el cambio, pues esta especie hacia la mitad de su vida, se ve enfrentada a dos situaciones: decidir morir o renacer. Al elegir la segunda opción, continuaría por un promedio de 35 años más de vida.
En este momento de su existencia, el águila se encuentra bastante deteriorada, sus uñas se encuentran demasiado largas, encorvadas y flexibles, lo que le imposibilita el agarre de su presa, su pico se encuentra muy alargado y encorvado. Sus alas envejecidas se tornan pesadas y complican cada vez más su vuelo. Es aquí cuando debe decidir entre aquellas dos alternativas: aceptar morir, o enfrentar un doloroso proceso de renovación que le tomará alrededor de 150 días.
En este proceso lo primero que hará, es hallar el que será su refugio durante todo este tiempo de transformación y para lograrlo, tendrá que descubrir un lugar alto entre las montañas que con gran dificultad por sus pesadas alas alcanzará. Este lugar debe ser bastante rocoso, pues allí inicia su proceso golpeando con intensidad su pico contra la roca hasta lograr arrancarlo por completo. Enseguida de tan doloroso sacrificio, ella espera con paciencia mientras nace nuevamente y poco a poco va creciendo.
Una vez crece su nuevo pico, se arrancará cada una de sus uñas hasta eliminarlas por completo, esperando de nuevo pacientemente hasta que salen ahora sus nuevas uñas. De esta manera el águila continua con su doloroso proceso pues ahora, arrancará de su cuerpo todas sus viejas y pesadas plumas. Al pasar los días irán naciendo otras, ligeras y brillantes plumas que harán en ella una gran experiencia de vuelo.
Terminado el doloroso proceso durante estos cinco meses, el águila ya se encuentra lista para emprender su nuevo vuelo, renovada, despejada y vital irá a conquistar las alturas habiendo extendiendo su vida por 35 años más.
En esta enseñanza podemos ver reflejada nuestra vida. Según el tiempo en el que nos encontremos, se hará necesario stop en el camino, allí recogernos, resguardarnos y disponernos a comenzar un proceso que nos lleve a la renovación de un nuevo tiempo. Comenzar una etapa de nuevo inicio, un nuevo amanecer, una nueva siembra, “olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndonos a lo que está adelante”. Despojándonos del viejo ropaje, de malos recuerdos, de malos hábitos y costumbres que solo estorban y no edifican, liberándonos de toda atadura que nos impide avanzar y de todo cuanto nos mantenga sometidos a las cargas y la esclavitud.
Cada día se planta la noche y al día siguiente florece una hermosa mañana. Cada árbol es el producto de una siembra y su fruto el de una semilla. Cada día es una oportunidad en el presente para cambiar el futuro, cada sueño una intención y su deseo el cumplimiento de una promesa.
Aprovechemos la porción de vida que se nos dio y hagamos de nuestra existencia, una historia significativa que valga la pena relatar. Tomemos la decisión de renovamos y renacer avivados por la paz y el gozo que inexplicablemente sobrepase todo entendimiento, sembrando en tierra de esperanza, cosechando de la abundancia y conquistando con entusiasmo la libertad del mañana.
DAYANA RUIZ S.
woow!! tremendo!! Gracias por este mensaje!