SIN AFÁN POR EL MAÑANA

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Esta es la historia de mi amiga, a quien llamaremos así…

Una mujer valiosa, tanto como un tesoro, ¡ella! tan única, tan especial. Cultivamos una estrecha amistad que inició hace 26 años, nos tomamos de la mano desde niñas y caminamos juntas por la vida. Más que mi mejor amiga, mi hermana.

Recuerdo el día que la conocí, llegó a mi colegio en la ciudad dejando su pueblo natal, procedente de los llanos orientales, tan alegre y jovial, con una personalidad inquieta y arrolladora, con cada ocurrencia de esas que agitan lo cotidiano y lo plano de la vida. 

Así pasó el tiempo hasta que llegó la madurez, el compromiso de los hogares que conformamos nos hizo dejar atrás una historia de adolescentes para velar ahora por el día a día de nuestras familias, que como esposas y madres desempeñamos muy bien.

-Cada vez que repaso nuestra historia hay una sonrisa pintada en mi rostro. Es el efecto de la cantidad de momentos que reflejan en mi vida alegría y bienestar-

¡Su vida! un espiral de emociones, tan visceral y perfeccionista. En ella poco a poco fue creciendo una gran inquietud por el fututo, y al pasar los días su mente procesaba con mayor velocidad la preocupación y angustia por el mañana. En nuestras largas conversaciones le sobrevenían inquietudes tales como: 

“¿Qué pasará cuando aumente nuestra edad y estemos solas por que nuestras hijas crecieron y ya hicieron sus vidas?”

“¿Qué será de mi si llegara a faltar mi esposo?”

“¿Y si de un momento a otro mi esposo me deja?”

“¿Y si de pronto sale a trabajar y no regresa?”

“Pero y si soy yo la que falta, ¿qué va a ser de mi hija?” …

Fueron inquietudes que se anidaron tanto en su mente y llegaron tan pero tan profundo, que hizo de ellas una realidad. Creó un mundo paralelo donde vivía inquieta por todo aquello que vendrá y así se fue deslizando hacia las fauces de la depresión, la cual no llegó de golpe a su vida, sino más bien entrando poco a poco al paso de un cocodrilo, con cautela y sigiloso hasta que encontró el gran bocado y de un zarpazo se apoderó de su mente y de su corazón.

En este interminable camino de aproximadamente tres años, ella caminaba con Jesús, tomada de su mano, se aferró y luchaba ejercitando toda su fe; sin embargo, las voces en su interior llegaron a hablar más alto y dominaban su vida sumiéndola en la tristeza y la preocupación de un futuro que aún no se escribía, de un mañana que aún no había llegado y de una historia que más bien debía soñar, pintándola de colores y escarcha por la emoción de vivirla.

El término “pre–ocupación” viene del latín praeoccupatio, que significa ocupación previa o anticipada, ocupar antes, adelantarse a. Este verbo se forma con prae (antes) y occupare (ocupar). Por consiguiente, significa adelantarnos a imaginar todo aquello que creemos que pasará, ocupándonos anticipadamente de lo que no ha sucedido. La pre-ocupación termina distanciándonos de la realidad y hace que especulemos sobre lo que ocurrirá. Es clave entender que todo acto materializado en nuestra vida ha tenido como punto de partida un pensamiento. ¡Todo inicia por un pensamiento!

¡Mi amiga! Hoy ya no está, ella se ha ido con el Señor, de manera sorpresiva a sus 39 años y después de 4 meses de haber dado a luz a su segunda hija, partió de esta tierra de la forma más inesperada. Un día salió de su casa y sin imaginarlo, ya nunca regresó. En medio de su lucha con sus pensamientos del fututo, no logró agregar un solo día más a su vida, no logró saber qué hubiese pasado si…

Tantas preguntas en su mente que quedaron sin resolver y todas aquellas que no le permitieron ocupar su tiempo del presente en todo lo importante, porque sentía que lo urgente era la cantidad de pre-ocupaciones que había en su mente y que la mantenían ocupada en una vida de ansiedad y angustia.

¿Y si aprendemos a vivir cada día como si fuera el último?

¿Y si pensamos; ¿Qué provecho saca el hombre de tanto afanarse en esta vida?

¿Y si le creemos a Dios cuando nos dice:

De nada sirve pre-ocuparse; “Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos! ¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? aprendan de las flores que están en el campo… ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas…

Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes?… Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan.

 Reconozcan a Dios como único rey, y hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.  Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.” Mateo 6: 26-33

Fijemos la mirada en lo eterno donde no existe el sentido del tiempo y recordemos que “todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. Disfrutemos de la vida que Dios nos da y hallemos la razón para vivirla. Encontremos el propósito de nuestra existencia y amemos a manos llenas, pues no sabemos cuál será ese último día que verán nuestros ojos la luz del día.

Dayana Ruiz Sánchez

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2 Comentarios
Anny
Anny
2 años

Impactante!!! Cuando pensamos tanto en el futuro nuestra mente, nuestro corazón se llenan tanto de angustias y ansiedades que afectan nuestro cuerpo, nuestro estado físico que de repente se empieza a enfermar. Al final no tenemos nosotros control de nada en la tierra y descansar en Dios promete que todas las cosas estarán bien.

LinaRG
LinaRG
2 años

¡Tremendo mensaje! Es muy necesario en estos tiempos donde la mayoría nos afanamos por tener todo bajo control y poco a poco le vamos quitando el mandato al Señor. Es Dios quien tiene escritos todos los días de nuestras vidas y tiene planes de bienestar y no de maldad. Gracias por tan bello mensaje.