Todos anhelamos vivir en un mundo perfecto, con una familia perfecta y unos amigos que siempre sean amigos, esperamos que los buenos momentos sean eternos y que las dificultades sean fugaces, tener un estado de ánimo estable para así nunca sentirse de mal humor. Pero la realidad es que no es posible porque los seres humanos por naturaleza somos pecadores y nuestra tendencia es a hacer el mal, seamos conscientes de esta verdad porque si nos engañamos a nosotros mismos con respecto a este tema será muy fácil ser instrumento de engaño para los demás, todo debe partir que todo ser humano es incapaz de hacer el bien por sí mismo.
A medida que iniciamos la lectura bíblica, identificamos que el engaño se presenta en todo momento, satanás lo utiliza desde el inicio de la historia humana para hacernos caer y perder la comunión con Cristo, siendo esta, la única y verdadera paz que el mundo desconoce y no quiere reconocer aunque sea tan palpable para nuestras vidas.
En la historia de Jacob vemos notoriamente el engaño como se presenta en cada etapa de su vida. Primero; con ayuda de su madre engañan a su padre para obtener la bendición, siendo Jacob quien ejecuta el engaño. Luego lo vemos como víctima cuando es engañado por Labán en varias oportunidades, todos estos hechos no solo hicieron perder la paz de Jacob pues vemos que al momento que quiere regresar a su tierra teme porque el hecho de haber actuado de una forma inapropiada contra su hermano lo hace experimentar el temor a la justicia. Las personas que estuvieron a su alrededor también fueron alcanzadas, vemos dos hermanas enfrentadas por la situación de compartir el mismo esposo y que era claro que no eran amadas de la misma forma y todo a causa del engaño del padre.
Y es que el engaño es muy sutil, empieza con una afirmación fuera de contexto sobre una verdad, la aceptamos y creemos que así es por nuestro desconocimiento e insistimos porque no nos gusta crecer en los principios que Cristo nos enseña, creemos que si las groserías no hacen parte de nuestro vocabulario somos santos y perfectos y seremos aceptados delante del padre celestial. Este es un ejemplo donde visiblemente se muestra la verdad disfrazada de mentira, porque es evidente que no debemos practicar este tipo de cosas, pero no significa que limitarnos a hacer esto es lo que nos corresponde, cada uno hemos sido llamados a cumplir un propósito en este mundo y debemos anhelar y buscar encargarnos de nuestra parte en la misión de Cristo para la humanidad, tener presente como lo dice cantares 2:15 “ las pequeñas zorras están arruinando las viñas” y estas pequeñas zorras viven en nosotros, son las que no nos permiten llevar la imagen de Cristo para el mundo, porque estamos llenos de envidias y orgullo. Este engaño que vivimos, no hace ser piedra de tropiezo para la humanidad.
Busquemos siempre agradar a Dios en todo tiempo y lugar, reconozcamos a quien le hemos creído en nuestras vidas y no demos lugar al engaño de satanás siendo sus instrumentos y sus víctimas.
YASMIN ASTRID MONTAÑEZ SALAMANCA