FUNDAMENTADO CON EL ESPÍRITU SANTO

Share on facebook
Share on whatsapp
Share on telegram
Share on email

Desde el principio de los tiempos hemos visto que la tendencia del ser humano siempre es hacia el mal, Tenemos la certeza que el ser humano no tiene la capacidad de hacer nada bueno. Para que nuestra trayectoria en el mundo tenga un sentido, o una razón de ser válida, necesariamente debemos ser influenciados en la totalidad de un ser, por el espíritu santo. Y esto, será posible como primera medida, con el arrepentimiento, dice la palabra de Dios en Hechos 2:38 “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo.”

El arrepentimiento primero se basa en aceptar nuestra realidad de pecado, segundo, cambiar la manera de pensar y esto es posible solo con la ayuda de Dios, en Juan 14:26 dice. “Más el consolador, el Espíritu Santo, a quien el padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Lo que indica que, una vez nosotros nos apartamos del pecado, inclinamos nuestro corazón a hacer la voluntad de Dios, inmediatamente el espíritu santo empezará a actuar en nuestro interior para ser ese consejero oportuno en cada momento de nuestras vidas.

Pero, como todo esto es un proceso sustancial, quiere decir, que irá en progreso, entonces, como primera medida es rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios “con la certeza que sabemos que no hay nada mejor que su voluntad”; segundo, prestar atención día a día al espíritu que viene a vivir dentro de nosotros “el espíritu santo”, nosotros somos conscientes que estamos en continuo cambio, para eso tenemos un punto de partida “nuestro pecado, nuestros errores” y un fin “Jesús”, entonces el hecho está en seguir el modelo que Jesús nos dejó o nos enseñó y que lo podemos poner en práctica por medio del discernimiento del espíritu que mora en cada uno de nosotros, por cuanto decidimos creer en él.

En conclusión, Dios nos dejó el libro de su palabra con las instrucciones para vivir de acuerdo a su voluntad, una voluntad que es buena, agradable y perfecta, Jesús es el modelo vivo de cómo vivir y el espíritu santo es nuestra guía constante para alcanzar la voluntad de Dios.

Yasmin Astrid Montañez Salamanca

guest

0 Comentarios