Este tema es de gran importancia, especialmente en los tiempos que hoy vivimos, donde todo lo que queremos o necesitamos, esperamos que sea de inmediato, tenemos un afán por tener grandes logros tanto profesionales como económicos, y tener este afán constante por la inmediatez, nos ha hecho olvidarnos de lo importante, de ver el verdadero sentido de la vida, para que estamos en este mundo, que impacto o que legado estamos dejando a las demás generaciones y lo más importante como me he permitido a mi mismo tener una vida de calidad, sin buscar agradar a los demás, sino siendo consiente de lo que mi ser interior desea con todas las fuerzas y que he hecho por construir una vida saludable para mi y para mi familia.
Abraham llamado el padre de la fe, por confiar en la promesa de Dios y esperar su cumplimiento, a pesar de las circunstancias, no dudó que Dios le daría lo que prometió, sin embargo enfrentó momentos de cuestionarse sobre el cómo sería el cumplimiento, sin embargo la fe que él tenía en el poder de Dios no le permitió desviarse de la voluntad y esperar su respuesta.
Hoy en día por las circunstancias que atravesamos, recordemos que cada uno de nosotros somos un mundo diferente y enfrentamos diferentes dificultades, tenemos diferentes capacidades y estamos rodeados de situaciones complejas lo que nos hace estar en continuos cambios de humor de ánimo, incluso de fuerza siendo esta una consecuencia colateral por el mismo estado emocional del ser humano.
Pero que es lo que nos sostiene?, primero es nuestra sanidad espiritual, la cercanía con Dios y sus promesas son claves para no rendirnos ante la primera dificultad, teniendo la certeza y claridad de quien es él y lo que él puede hacer en nuestras vidas, segundo es nuestra capacidad de recibir, por así decirlo los golpes que el día a día nos trae, que tan reactivos somos a las dificultades y la madurez con la que logramos sobrellevarlos o transitarlos. Para ello necesitamos ser personas de una constante relación con Dios, estar inmersos en lo que en realidad es la voluntad de Dios y buscar cumplirla en todo tiempo.
Lo que se requiere es ser personas auténticas, sinceras, ser confiables, no tener dobles de espíritu, pero no solamente frente a la sociedad, sino ante nosotros mismos, pero como nosotros sabemos la verdad debe estar acompañada del amor porque de lo contrario no es nada, como lo dice 1 Corintios 13. Pero como ser logra esta autenticidad?, teniendo un carácter estructurado, que nuestra manera de ser, pensar y de actuar tenga coherencia tanto para nosotros como para el mundo que nos rodea. Tenemos un punto de partida, que es la absoluta creencia en Dios y su soberanía, a partir de esta afirmación tenemos el camino para dirigir nuestra vida por una línea que nos permita enfrentar cada circunstancia a la luz de sus promesas, advertencias y consejos, sin importar los tiempos sino teniendo la claridad que él está por encima de lo que nosotros como seres humanos finitos logramos comprender.
Yasmin Astrid Montañez Salamanca