MOSTRARSE VALIENTES

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En nuestra vida enfrentamos momentos que ponen a prueba nuestra fe y determinación, en ocasiones el miedo nos paraliza ante los desafíos, incertidumbre o la oposición del mundo. Sin embargo; Dios nos llama a ser valientes, no por nuestras fuerzas, sino confiando plenamente en su poder y propósito.

     Ser valiente no significa no sentir miedo, significa actuar con fe a pesar de la situación. En la biblia Dios le dice a Josué: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josué 1:9). Esta promesa sigue vigente hoy. Nuestra valentía no depende de nuestras capacidades, sino de la certeza que Dios camina con nosotros.

     Un ejemplo poderoso es la historia de David frente a Goliat. Mientras todo el ejército de Israel temía al gigante filisteo, David confió en Dios. No se apoyó en su propia fuerza, sino en la convicción de que el Señor peleaba por él: “Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos” (1 Samuel 17:45). Su historia nos enseña que la verdadera valentía nace de una fe inquebrantable en Dios.

      Pero el mayor ejemplo de valentía lo encontramos en Jesús; Enfrentó la cruz con determinación, sabiendo que estaba cumpliendo el plan del Padre para la redención del mundo. En el huerto de Getsemaní, aunque sintió angustia, se rindió a la voluntad de Dios: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Su entrega nos muestra que la valentía también implica obediencia total, confiando en que Dios tiene el control.

     ¿Cómo podemos mostrarnos valientes hoy? Primero: Fortaleciendo nuestra relación con Dios a través de la oración. La valentía nace en la intimidad con Él. Segundo: recordando sus promesas, porque su palabra nos llena de esperanza y confianza. Tercero: actuando con fe, dando pasos firmes, aunque la situación parezca difícil. Finalmente; rodearnos de personas que nos edifiquen y contribuyan al fortalecimiento de nuestra fe.

     La valentía no se basa en la autosuficiencia, sino en la confianza en Dios. Él nos ha dado su Espíritu para capacitarnos y fortalecernos: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). No importa cuán grande sea el desafío, podemos avanzar con valentía, sabiendo que el Señor pelea por nosotros.

¿Estás dispuesto a confiar en Dios y caminar con valentía?

Kenyuris Michelle Velilla Barcelona.

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